Imposible, improbable.

La real academia define la palabra imposible como algo que no tiene facultad ni medios para llegar a ser, o suceder. Y define la palabra improbable como algo inverosímil. A mi me gusta más la improbabilidad que la imposibilidad, como a todo el mundo, supongo. La improbabilidad duele menos, y deja algo de esperanza. Por ejemplo, que un afroamericano ocupara la Casa Blanca era improbable, pero sucedió; Nadal desmarcando al numero uno, Federer, parecía improbable, pero sucedió; una periodista convertida en princesa; el amor, las relaciones, los sentimientos..no se fundan en una razón prudente. Por eso no me gusta de hablar de amores imposibles, si no de amores improbables, porque lo improbable es por definición, probable. Lo que es casi seguro que no pase, es que puede pasar. Y mientras haya una posibilidad entre mil millones de que pase, vale la pena intentarlo.
un dulce sabor salado..